El estreñimiento en perros
Tal y como se presenta en los seres humanos, el estreñimiento en perros es la incapacidad para producir heces normales en un horario o período considerado como regular; es decir, una o dos veces cada día.
Los perros que sufren de estreñimiento no logran evacuar sus desechos de manera satisfactoria, a pesar de sus esfuerzos por defecar; al contrario, producto de esos esfuerzos producen heces de consistencia dura, como verdaderas rocas, que pueden lastimarlos en el proceso.
Entre los caninos también pueden presentarse casos crónicos de estreñimiento, en los cuales, los perros pueden retener materia fecal seca y dura en sus tractos digestivos. La materia fecal puede acumularse tanto que llega a compactarse en su organismo, constipándolo y produciéndole un terrible malestar.
Cuando los perros gozan de buena salud, la materia fecal viaja a través del tracto digestivo y llega al colon, donde se absorben el agua y los electrolitos de la masa digerida. La reabsorción de agua es la función principal del colon. La materia fecal en el colon se mueve a través de un sistema conocido como ondas peristálticas. Justo cuando este proceso se deteriora o se ralentiza, la masa fecal se estanca en el colon y va perdiendo humedad progresivamente, volviéndose dura, seca y difícil, e incluso imposible de expulsar.
Este problema puede presentarse como consecuencia de distintas causas, que van desde la falta de ejercicio hasta fallas orgánicas de gravedad en las mascotas. La dieta, por ejemplo y al igual que les ocurre a las personas, es un factor determinante para la salud digestiva. Cuando la alimentación del perro carece de fibra, aunada a sus hábitos alimenticios que incluyen comer cosas como arena, césped o huesos, puede derivar en la obstrucción intestinal y en el endurecimiento de las heces.
La edad y el nivel de actividad también están relacionados con el estreñimiento en perros. De hecho, los caninos ancianos suelen ser más propensos a sufrirlo, pues su disminución en la agilidad y del interés por moverse y ejercitarse los lleva al sedentarismo, causándoles un tránsito más lento.
Los tumores en el tracto digestivo, problemas en las glándulas anales, la deshidratación y el consumo de medicamentos antihistamínicos, antiácidos o diuréticos, así como enfermedades metabólicas, lesiones en la columna, trastornos del sistema nervioso y problemas renales, también pueden ocasionar estreñimiento en perros.
La falta de defecación durante unos días, el arrojo de heces duras y secas que se sienten como pequeñas piedras cuando las levantas, vómitos, actitud decaída o de dolor y la evidente dificultad para defecar, son síntomas inequívocos de que tu perro está padeciendo algún grado de estreñimiento.
¡Ponle atención! Cuando el problema acaba de comenzar y no lleva más de un día o dos de incidencia, algunos remedios accesibles pueden hacer que todo vuelva a la normalidad, por ejemplo, ablandadores de heces, hacer ejercicio y suaves masajes abdominales. En todo caso, te recomendamos llamar a su veterinario antes de medicarlo o tomar medidas que puedan poner en riesgo su salud. Recuerda que ninguna estrategia es infalible y no todos los perros responden igual a los mismos estímulos.
Entre los remedios que puedes probar en casa se encuentran:
- Calabaza: Su alto contenido de fibra y humedad, así como su sabor, hace que tus amigos peludos estén felices de probarla al mismo tiempo que se benefician de digerirla. Hay varias recetas de golosinas de calabaza que les encantan a los perros, aunque para regular el tracto digestivo probablemente sea mejor brindárselas de forma pura.
- Alimentos enlatados para perro: El elevado contenido de humedad de los alimentos enlatados puede ayudar a regular el sistema digestivo en casos leves o iniciales de estreñimiento.
- Hidratación: Asegúrate de que tu perro tenga acceso a beber agua fresca y tal vez a suplementos de electrolitos, principalmente si vive en climas de altas temperaturas.
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