¿La agresividad de los perros se puede corregir?
Vayamos directo al grano: La respuesta para esta pregunta, muy frecuente y que representa una enorme preocupación para cientos de amos, es sí. En los perros, la agresividad hacia las personas y hacia otros animales es un comportamiento serio, que sin duda merece tu atención, y que puede ajustarse con la ayuda de un programa de entrenamiento.
Conductas como los gruñidos, la rigidez, ladridos amenazantes, mordidas ligeras sin aplicar presión, mordeduras que causan moretones o heridas punzantes, e incluso mordeduras que parecen juguetonas, manifestadas por los perros, son los primeros avisos de un comportamiento agresivo.
Las causas de su agresividad pueden ser muchas, distintas entre sí. Sin embargo, los expertos en entrenamiento canino las catalogan en 7 categorías principales:
- Agresividad territorial
- Agresividad posesiva
- Agresividad protectora
- Agresividad temerosa
- Agresividad por no saber socializar
- Agresividad defensiva
- Agresividad por experimentar dolor
Como vemos, la mayoría de los factores motivantes de la agresividad obedecen a factores ambientales, por eso, es importante conocer el temperamento y gustos de tu perro, para saber lo que le hace sentir bien y crearle un entorno seguro.
Cuando el perro está actuando de manera hostil después de lastimarse, lo más probable es que esté sintiendo dolor, pero cuando éste se alivie, la agresión también desaparecerá. Ser consciente de esto te ayudará a saber que, en ese caso, no deberías reprenderlo por su conducta, sino más bien hacer todo lo posible para aliviar su dolor.
Un perro territorial puede mostrar signos de agresión cuando otro humano o animal se acerca al objeto del que se siente posesivo, que puede ser un juguete e incluso su amo o su humano favorito. Cuando esto sucede, el perro debe ser entrenado para respetar los límites y dejar de procurar esta protección innecesaria. Este caso suele ser complicado, porque es más un sentido innato de agresión, aunque también influyen las costumbres y la educación que ha recibido. Por ejemplo, si el perro está acostumbrado a tener todos los juguetes de su casa para él solo, la llegada de un nuevo cachorro podría alterar ese equilibrio y hacer que se ponga a la defensiva. Si este es el caso, ten paciencia e inicia por presentarle los cambios lentamente para que pueda acostumbrarse a la idea con el tiempo, en lugar de hacerlo de inmediato.
En resumen, la clave para corregir un comportamiento agresivo es identificar por qué el perro está actuando de esa manera. Luego de saber qué es lo que lo enoja del entorno, consulta a su veterinario para descartar padecimientos que puedan influir en la conducta de la mascota, y cuando sepas que se encuentra sano, puedes iniciar el entrenamiento indicado para corregir su conducta.
En cualquier caso, nunca ignores la agresión. Más allá de ser un rasgo irritante e indeseable, un comportamiento no regulado de la forma adecuada puede hacer que una persona, una mascota ajena e incluso tu propio perro resulten lastimados.
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