El estómago de un perro tiene un PH entre 1 y 2, es mucho más ácido que el de un limón. Esto significa que muchas de las bacterias que resultan dañinas para un humano, no lo son para un perro. Si no son destruídas por su estómago, encontrarán un ambiente muy hostil para incubarse y las expulsarán en sus heces.

Los perros están en contacto con bacterias todo el tiempo, ya sea en sus juguetes llenos de saliva con suciedad, durante sus paseos cuando olfatean y lamen el piso, las plantas, o en el parque cuando tienen contacto con otros perros, que también cargan bacterias. Evitar la carne cruda no evadirá su ingesta de bacterias.